Ritmos, sonidos y contextos nuevos

Entre el Portugués, el Inglés y el Español- mi idioma materno, mi idioma intelectual, y mi idioma encontrado, el idioma encontrado es el que se cristalizó de la manera más inesperada. Hace rato que hablo español, pero por mucho tiempo sentí que aprenderlo tan joven encima de lo que ya hablaba me dejó sin una estructura de raíces, las cuales solo se forjan con tiempo y con sustento constante. Me sentí distante y desatada de todo lo que conocía.

Hoy, después de haber vivido la mayoría de mi vida hablando tres idiomas, percibo cómo encontrar este nuevo lenguaje me abrió una puerta a una tercera faceta de quién soy.

Donde mi alfabetizado y mi naturaleza se cruzaban siempre luchaban por atención. Un idioma nuevo abrió un espacio entre mi mente y mi patrimonio, y aquí pueden coexistir y comunicarse por medio de un puente ajeno. Un puente de madera que conecta pasto de un lado y roca volcánica del otro. 

El pasto que siempre se opuso a la rigidez estática de la roca, y la roca que nunca entendió la débil fragilidad del pasto, nunca pensaron que entre ellos se construiría un camino. Mucho menos que ese camino fuera hecho de madera, la cual se muestra como roca pero respira como pasto. Es increíble que ese camino sin ser ni uno ni el otro, y a la vez los dos, fuera capaz de conectar mundos tan distintos. 

Cómo es bello saber que existen versiones de mi que fueron construidas lado a lado pero fuera de sintonía, y que con el conocimiento de un lenguaje distante soy capaz de entenderme mejor… ¿Quién diría que lo que es menos nuestro es lo que más nos da espacio de explorar?

Ahora sé que uno siempre ve las cosas con más claridad desde afuera. Siempre es más fácil comprender algo cuando una frase es dicha en palabras nuevas. La repetición constante nos distancia del significado y nos lleva a una versión monótona y aplanada de lo que está siendo dicho; se nota menos el significado de las palabras y más el dolor de escuchar los mismos sonidos y revivir sus memorias. 

Cuando me tocó irme de Brasil a Bogotá yo tenía ocho años, y de repente todo lo que yo escuchaba estaba siendo dicho en palabras nuevas, con ritmos y sonidos nuevos, en un contexto nuevo. Y fue ahí, en un país impropio, que fui conociendo una tercera Marina. Una que no entendía lo que le decían y una que tuvo que escuchar mucho para poder expresar lo que le salía tan fácilmente en sus otros idiomas. Esa tercera Marina observó, quieta y callada, por mucho tiempo. Por miedo, por incertidumbre, y por la fuerza de la pura confrontación que uno tiene con sí mismo cuando se ve en un contexto, una cultura, un lenguaje nuevo. 

Cuando dejo que fluya mi español se me enciende algo en el pecho. Es un sentido de pertenecer a lo que no me pertenece, pero que me acepta como un miembro honorario. 

Que raro es sentirme tan extranjera y a la vez tan en casa por todos lados, y que raro que mi censo de identidad más profundo sea mi ambigüedad. Mi falta de forma, lo abstracta que me veo y me siento entre los brazos de las culturas que me vieron crecer. Después de Bogotá viví en Buenos Aires y muchos años después regresé a Brasil otra vez. Ahí hice que mi español hibernara por un rato, hasta que me lo reencontré viviendo en Miami- hasta mi español en sí es una gran mezcla que se desarrolló entre varios lugares. Por tanto es difícil saber de dónde viene cada aspecto de mi siendo que crecí entre siete ciudades, en cuatro países, entre tres idiomas, y siendo que las influencias de todo eso nunca se dejan de informar y conversar en mi flujo de pensamientos. 

Me siento un cuadro siendo pintado por manos viejas y arrugadas. Manos expertas pero temblorosas, que bailan a través del pincel con pasos que han conducido desde siempre. Una mano delicada con el temblor de la edad, que no se preocupa con la precisión, sino con el movimiento. Su atención está en la mezcla de tonos y la armonía en donde se encuentran.

Así fue que me pintaron. Una variedad de colores vibrantes, pero que en sus vueltas y revueltas y sus infinitos puntos de contacto resultaron en tonos de tierra- tonos de café tan ricos y variados que uno se pregunta cual combinación de colores los habrá creado.

Previous
Previous

April 18th, 5:26am

Next
Next

a-paixão-nada